miércoles, 30 de junio de 2010
jueves, 10 de junio de 2010
El albatros
La gente marinera con crueldad salvaje,
Suele cazar albatros, grandes aves marinas
Que siguen a los barcos compañeras de viaje,
Blanqueando en los aires como blancas neblinas.
Pero, apenas los dejan en la lisa cubierta
-¡ellos que al aire imponen el triunfo de su vuelo!-
Sus grandes alas blancas, como una cosa muerta,
Como dos remos rotos, arrastran por el suelo.
Y el alado viajero toda gracia ha perdido,
y, como antes hermoso, ahora es torpe y simiesco:
y uno le quema el pico con un hierro encendido
y el otro cojeando copia su andar grotesco.
El poeta recuerda a este rey de los vientos
Que desdeña las flechas y que atraviesa el mar,
Sus alas de gigante no le dejan andar.
Tomado de: Las flores del mal. Carlos Baudelaire. Editorial Calomio.Argentina,1944.
La gente marinera con crueldad salvaje,
Suele cazar albatros, grandes aves marinas
Que siguen a los barcos compañeras de viaje,
Blanqueando en los aires como blancas neblinas.
Pero, apenas los dejan en la lisa cubierta
-¡ellos que al aire imponen el triunfo de su vuelo!-
Sus grandes alas blancas, como una cosa muerta,
Como dos remos rotos, arrastran por el suelo.
Y el alado viajero toda gracia ha perdido,
y, como antes hermoso, ahora es torpe y simiesco:
y uno le quema el pico con un hierro encendido
y el otro cojeando copia su andar grotesco.
El poeta recuerda a este rey de los vientos
Que desdeña las flechas y que atraviesa el mar,
Sus alas de gigante no le dejan andar.
Tomado de: Las flores del mal. Carlos Baudelaire. Editorial Calomio.Argentina,1944.
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