El tiempo no es
una esperanza
Es una amenaza

Jhonny Castrillón

lunes, 20 de abril de 2009


Mario Rivero 1935 - 2009

LA LUNA Y NUEVA YORK

Nos encontrábamos todos los días
en el mismo sitio
compartíamos versos y cigarrillos
y a veces una novela de aventuras
Lanzábamos piedrecitas
desde el puente donde almorzaban
los obreros de la fábrica de vidrio
Le decía que la tierra es redonda
mi tía bruja y la luna un pedazo de cobre
Que un día iría a Nueva York
la ciudad abundante en cosas estrambóticas
donde los gatos vagabundos
duermen bajo los automóviles
donde hay un millón de mendigos
un millón de luces
un millón de diamantes…
Nueva York donde las hormigas
demoran siglos trepando al Empire State
y los negros se pasean por Harlem
vestido con colores chillones
que destilan betún en el verano
Iría por los restaurantes
hasta encontrar un cartelito:
“Se necesita muchacho para lavar los platos
No se requiere título universitario”
A veces comería un sandwich
recogería manzanas en California
pensaría en ella cuando montara en elevador
y le compraría un traje parecido al neón…
me iba a besar
cuando sonó el pito de la fábrica

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